Capítulo 53 — El tiempo del juicio ha llegado
La cosecha de los frutos de la siembra humana
Purificación de la humanidad en el juicio
El amor de Dios en el juicio
Capítulo 54 — Luchas entre Doctrinas, Religiones e Iglesias
Luchas espirituales previas al Reino de Paz de Cristo
en la Tierra
La brega por la supremacía espiritual en la tierra
La lucha opositora al Espiritualismo
El rechazo de las revelaciones de espíritus y sus curaciones
Capítulo 55 — Purificación del mundo y de la Humanidad en el juicio
La voz de advertencia de Dios y de la naturaleza antes
del juicio
El poderío del Mal será quebrado
Guerras apocalípticas, pestes, plagas y destrucción
Catástrofes naturales en la tierra
La justicia amorosa y la piedad de Dios
El efecto del juicio
1. Discípulos amados: Estos tiempos son de justicia para la humanidad. El plazo está cumplido para que empecéis a pagar vuestras deudas. Estáis recogiendo la cosecha de las siembras pasadas, el resultado o consecuencia de vuestras obras.
2. El hombre tiene un tiempo para hacer su obra y otro para responder de lo que hizo, este último tiempo es el que vivís. Por eso todos sufrís y lloráis. Así como vosotros tenéis un tiempo para sembrar y otro para cosechar, Dios también tiene uno que os concedió para cumplir con su Ley y otro para manifestar su justicia.
3. Estáis viviendo en la etapa de la justicia divina. El dolor os hace llorar, la humanidad se purifica en su propio llanto, porque nadie se queda sin restituir.
4. Son tiempos de justicia en que debéis meditar sobre vuestro destino, para que a través de la meditación y de la espiritualidad escuchéis la voz de la conciencia, que no confunde ni engaña y sí os conduce por el sendero de paz. (11, 58-61)
5. Tiempo de juicio es éste para la humanidad. Hombre por hombre, pueblo por pueblo y nación por nación son juzgados por mi Divinidad; sin embargo, los hombres no se han dado cuenta de ello ni saben el tiempo en que viven. Es por eso que he venido en Espíritu, enviando mi rayo sobre el entendimiento humano y por su conducto os he revelado quién os habla, qué tiempo es el que vivís y cuál es vuestra misión. (51, 61)
6. En verdad os digo: Vivís en el día del Señor, estáis ya bajo su juicio. Vivos y muertos están siendo juzgados; actos pasados y presentes son pesados en esta balanza. Abrid vuestros ojos para que seáis testigos de que por donde quiera la justicia divina se hace sentir. (76, 44)
7. Desde la antigüedad os he hablado de un juicio y este es el tiempo anunciado que los profetas representaron como un día.
8. La palabra de vuestro Dios es de Rey y no retrocede. ¿Qué importa que sobre ella hayan pasado miles de años? La voluntad del Padre es inmutable y tiene que cumplirse.
9. Si los hombres además de creer en mi palabra, supieran velar y orar, nunca serían sorprendidos, pero son infieles, olvidadizos, incrédulos y cuando la prueba se presenta la atribuyen a castigo, a venganza o a la ira de Dios. A lo cual Yo os digo, que toda prueba es anunciada con anticipación, para que estéis preparados, por lo tanto debéis de permanecer siempre en vigilia.
10. El Diluvio, la destrucción de las ciudades por el fuego, las invasiones, las plagas, las enfermedades, la escasez y otras pruebas más, fueron profetizadas a todos los pueblos de la humanidad, para que os preparaseis y no fuerais sorprendidos. Lo mismo que ahora, siempre del amor de Dios ha descendido un mensaje de alerta, de preparación, para que los hombres despierten, se preparen y se fortalezcan. (24, 74-77)
11. Yo os digo que aunque es cierto que a este mundo le esperan pruebas muy grandes, los días de dolor le serán acortados, porque será tan grande su amargura, que ello hará que los hombres despierten, vuelvan sus ojos hacia Mí y escuchen la voz de su conciencia que les pedirá el cumplimiento de mi ley.
12. Mi justicia será la que corte todo lo malo que existe en este mundo. Antes, lo escudriñaré todo: Religiones, ciencias e instituciones, y entonces pasará la hoz de la justicia divina cegando la cizaña y dejando el trigo. Toda simiente buena que encuentre en el corazón de los hombres, la dejaré para que siga germinando en el espíritu de la humanidad. (119, 10-11)
13. ¿Hasta cuándo va a evolucionar la humanidad, para que comprenda mi amor y sienta mi presencia por medio de la conciencia? Cuando la humanidad escuche mi voz que le aconseja y cumpla con mi ley, será indicio de que han pasado para ella las eras de materialismo.
14. Por ahora aún tendrán que ser tocados por los elementos en muchas formas, hasta ser convencidos de que existen fuerzas superiores ante las cuales el materialismo del hombre es muy pequeño.
15. La Tierra se estremecerá. El agua lavará y el fuego purificará a la humanidad.
16. Todos los elementos y fuerzas de la naturaleza se harán sentir sobre la Tierra, en donde los seres humanos no han sabido vivir en armonía con la vida que los rodea.
17. Con ello la naturaleza no busca la destrucción de quienes la profanan, sólo busca la armonía entre los hombres y todas las criaturas.
18. Si cada vez se manifiesta mayor su justicia, es porque las faltas de los hombres y su falta de armonía con las leyes es mayor también. (40, 20-25)
19. La mano del hombre ha desatado la justicia sobre sí; en su cerebro se agita un torbellino, en su corazón ruge una tempestad y todo esto se manifiesta también en la naturaleza, sus elementos se desencadenan, las estaciones se hacen inclementes, aparecen y se multiplican las plagas. Es que vuestros pecados crecen produciendo enfermedades y la ciencia insensata y temeraria no reconoce el orden de lo dispuesto por el Creador.
20. Si sólo os lo dijera no lo creeríais, es menester que palpéis el resultado de vuestras obras para que os desengañéis; precisamente os encontráis ahora en ese momento de vuestra vida, en la cual váis a ver el resultado de todo lo que habéis venido sembrando. (100, 6-7)
21. La vida en la tierra siempre ha sido de prueba y de expiación para el hombre; mas nunca había estado este camino de evolución tan lleno de amargura.
22. En estos tiempos, no esperan los hombres la edad madura para enfrentarse a la lucha; cuántas criaturas ya conocen desde su niñez los desengaños, el yugo, los azotes, los tropiezos y fracasos. Puedo deciros aún más; en estos tiempos el dolor del hombre comienza antes de nacer, es decir, desde el seno de su madre.
23. ¡Grande es la expiación de los seres que en estos tiempos vienen a la tierra! Mas debéis pensar que todo el dolor que existe en el mundo, es obra de los hombres. ¿Qué mayor perfección en mi justicia, al dejar que los mismos que sembraron de espinos el camino de la vida, vengan ahora a recogerlos? (115, 35-37)
24. Mi plan de redención universal no podéis abarcarlo, mas os doy a conocer una parte de él, con el fin de que toméis parte en mi Obra.
25. Sólo Yo sé la trascendencia del instante en que vive el mundo, ningún humano alcanza a comprender la realidad de esta hora.
26. La humanidad desde sus principios, ha ido acumulando mancha tras mancha hasta nublar sus sentimientos y su espíritu, creando para sí una vida enferma, agitada y triste, mas la hora de la purificación ha sonado. (274, 11-12)
27. El tiempo de la cosecha ha llegado para todo espíritu y por eso es que contempláis la confusión entre los hombres; pero de cierto os digo: en ese caos cada quien cosechará su propia siembra.
28. Mas ¿qué será de aquellos mis hijos que siempre han faltado a mi Ley? En verdad que a todos los que duermen sin querer analizar, sin estudiar mis lecciones, las pruebas les llegarán como un torbellino que les hará caer; y para aquéllos que sí han obedecido mis enseñanzas, será como un estímulo para su cumplimiento, como un hermoso galardón que Dios les conceda. (310 , 7)
29. En este tiempo, el que no esté dispuesto a renovarse tendrá que conocer las mayores amarguras y ser levantado de la Tierra, perdiendo con ello la preciosa oportunidad de expiar sus faltas y reconciliarse con la Ley, con la verdad y la vida.
30. En cambio, quienes pasen de esta vida material a la mansión espiritual, con la paz y la satisfacción que dan el deber cumplido, se sentirán iluminados por mi luz, y si son de los que tengan que reencarnar nuevamente, Yo les prepararé antes de retornar a la vida humana, para que resuciten a ella limpios, mas espiritualizados y con mayor sabiduría. (91, 38-39)
31. El dolor ha volcado todo su contenido sobre el mundo, haciéndose sentir en millares de formas.
32. ¡Cuán vertiginosamente vivís, humanidad! ¡Cuán trabajosamente amasáis el pan de cada día! Por eso los hombres se consumen prematuramente, las mujeres envejecen antes de tiempo, las doncellas se agotan en plena flor y los niños se insensibilizan en tierna edad.
33. Época de dolor, de amarguras y pruebas es ésta que ahora vivís; sin embargo, quiero que encontréis la paz, que logréis la armonía, que rechacéis el dolor; para ello me presento en Espíritu y os envío mi palabra, que es un rocío de consuelo, de bálsamo y de paz sobre vuestro espíritu.
34. Oíd mi palabra que es la resurrección y la vida, en ella recobraréis fe, salud y alegría de luchar y de existir. (132, 43-45)
35. Hoy es el tiempo de mayor restitución para el espíritu. Mi juicio ha sido abierto y las obras de cada uno han sido puestas en una balanza; si ese juicio es grande y penoso para los espíritus, junto a ellos está el Padre que antes que Juez es Padre y que os ama. También os envuelve el amor de María, vuestra intercesora. (153, 16)
36. Mi justicia ha llegado, humanidad, viene a humillar la soberbia del hombre, para hacerle comprender cuán pequeño es en su maldad y en su materialismo.
37. Si, pueblo, vengo a abatir al hombre en su falsa grandeza, porque quiero que vea mi luz y se eleve, para que llegue a ser grande en verdad, porque Yo os quiero llenos de luz, de elevación, de bondad, de poder y sabiduría. (285, 15-16)
38. La humanidad me desconoce y niega mi presencia en este tiempo, mas le haré reconocer que con amor y caridad manifiesto mi justicia, que no vengo con el látigo a entregarle dolor, que sólo vengo a levantarla a la vida de la gracia y a purificarla con el agua cristalina que es mi palabra, mi verdad.
39. El mundo no ha aprendido mi enseñanza y ha alimentado su idolatría y fanatismo, por ello está pasando por el gran crisol y apurando el cáliz de amargura, porque su materialismo lo ha alejado de Mí. (334, 29-30)
40. Ahora la humanidad, dividida en pueblos, razas, lenguas y colores, recibe de mi Espíritu divino su parte de justicia, las pruebas que a cada quien corresponden, la lucha, el crisol y la restitución que a cada hombre y a cada raza le tengo destinada.
41. Pero sabéis que mi justicia como principio tiene el amor, que las pruebas que a los hombres envía el Padre, son pruebas de amor; que todo conduce a la salvación, al bien, aun cuando aparentemente en esas pruebas haya desgracias, fatalidad o miseria.
42. Detrás de todo ello está la vida, la conservación del espíritu, la redención del mismo; está el Padre esperando siempre al hijo pródigo, para estrecharlo entre sus brazos con el más grande amor. (328, 11)
1. Así como en el Segundo Tiempo os anuncié mi venida, así ahora os anuncio la guerra de credos, de ideas y de religiones, como el anuncio precursor del establecimiento de mi reino de espiritualidad entre los hombres.
2. Mi palabra, como espada de fuego destruirá el fanatismo que ha envuelto por siglos a los hombres, descorrerá el velo de su ignorancia y mostrará el camino blanco, luminoso, que conduce a Mí. (209, 10-11)
3. Yo os digo que para que la paz de mi reino se establezca entre los hombres, aún falta que se lleve a cabo la guerra de doctrinas, de religiones y de ideas, guerra en la que unos enfrenten mi nombre y mi verdad a las falsas deidades de otros, y en la que se levante una doctrina combatiendo a la otra.
4. Esa será la nueva lucha, la batalla espiritual en la que caerán de su pedestal los falsos dioses y quedará al descubierto toda falsedad, que como verdad habéis tenido. Ya veréis cómo de entre aquel caos de confusión y tiniebla, va a surgir esplendorosa la verdad. (121, 40)
5. El espiritualismo está provocando una batalla mundial entre las ideas, creencias y los cultos. Pero después de esta lucha, esta doctrina traerá a los hombres la bendita paz que tanto necesitan y hará que brille sobre todos los espíritus el sol de mi divina justicia. (141, 11)
6. Os estoy preparando y previniendo para cuando surja la confusión de ideas, para que podáis libraros de la lucha interior del espíritu y de la tortura del pensamiento.
7. Porque se removerán todas las ideas, doctrinas, teologías, filosofías y creencias de la humanidad, simbolizando una tempestad, una verdadera tempestad del espíritu, sobre cuyas aguas encrespadas quiero que vosotros naveguéis, permaneciendo a flote hasta que la tormenta y las tinieblas pasen.
8. Yo no os doy mejor fórmula para salir avante en esa prueba, que la oración y la práctica de mi palabra, por medio de las cuales vuestra fe se sentirá continuamente fortalecida.
9. Esa lucha de ideas, ese encuentro entre credos e ideologías, esa batalla, son indispensables para que salgan a la superficie todas las lacras y los errores que se acumulen en el fondo de cada culto y de cada institución.
10. Sólo después de esa tempestad podrá venir una depuración moral y espiritual de los hombres, porque verán surgir la verdad, la conocerán, la sentirán en sí, y ya no podrán volver a alimentarse de apariencias ni ficciones.
11. Así como cada hombre toma libremente y por sí solo la necesaria acción del sol sobre su cuerpo, reconociendo que en su luz, en su calor y en su influencia se encuentra la vida material, así tomarán de la luz de la verdad, cuanto necesiten para sustento, fortaleza e iluminación de su espíritu.
12. Vendrá entonces una fuerza jamás sentida por el hombre, porque su vida comenzará a apegarse a los verdaderos principios, a las normas establecidas por mi Ley. (323, 19-22)
13. Existe en este tiempo la lucha de ideas y de doctrinas. Cada hombre quiere tener la razón, y en esa lucha de egoísmos e intereses, ¿Quién poseerá la razón? ¿Quién será dueño de la verdad?
14. Si quienes se consideran estar dentro del camino perfecto y creen poseer la verdad, se envanecen por ello, en verdad os digo que aún no conocen el camino, porque en él es menester llevar humildad, y basta que desconozcan la verdad que encierra la creencia de los demás, para que hayan dejado de ser humildes. Y Yo os dije desde el Segundo Tiempo: "Bienaventurados los mansos y humildes de corazón".
15. El hombre que juzga la fe y la creencia de sus semejantes, se aleja de la salvación, porque en su soberbia e insensatez trata de igualar a su Dios. (199, 4-6)
16. ¿Me preguntáis qué pretendo al manifestarme espiritualmente a la humanidad de este tiempo? Yo os contesto, que lo que busco es vuestro despertar a la luz, vuestra espiritualidad y vuestra unificación, ya que en todos los tiempos habéis estado divididos, porque mientras unos han buscado los tesoros del espíritu, otros se han consagrado a amar las riquezas del mundo. Espiritualismo y materialismo en pugna constante, espiritualistas y materialistas que nunca han podido entenderse entre sí.
17. Recordad que Israel estando en espera del Mesías, cuando lo tuvo frente a sus ojos se dividió en creyentes y en negadores de mi verdad. La explicación es sencilla: creyeron los que me esperaban con el espíritu, y me negaron los que me esperaban con los sentidos de la materia.
18. Nuevamente esas dos fuerzas habrán de enfrentarse, hasta que de esa lucha surja la verdad. La lucha será enconada porque a medida que los tiempos pasan, los hombres aman más lo terrenal, en virtud de que su ciencia y sus descubrimientos los hacen sentirse en un reino propio, en un mundo creado por ellos. (175, 4-6)
19. Hoy cada hombre cree conocer en toda su plenitud la verdad; cada religión dice ser la poseedora de la verdad. Los hombres de ciencia declaran que han encontrado la verdad. Yo os digo, que la Verdad absoluta nadie la conoce, ya que la parte que le ha sido revelada al hombre no ha logrado abarcarla con su mente.
20. Todos los hombres llevan en sí parte de la verdad y errores que mezclan con la luz de la verdad.
21. La lucha se aproxima en que todas estas fuerzas combatan, queriendo cada una imponer su idea; mas no será al final el triunfo de una idea humana, ni de una teoría científica, ni de un credo religioso la que prevalezca, sino el conjunto armonioso de todas las buenas ideas, de todas las creencias elevadas, de todos los cultos elevados al máximo de la espiritualidad, de todas las ciencias puestas al servicio del verdadero progreso humano.
22. Yo permitiré que los hombres hablen y expongan sus ideas; que otros muestren públicamente sus cultos y sus ritos, que se discuta y se luche, que los científicos presenten sus más avanzadas teorías, que todo cuanto exista oculto en cada espíritu, surja, brote y se manifieste, porque está cercano el día de la siega, aquel día en que la conciencia como una hoz inexorable corte de raíz cuanto de falso haya en el corazón de la humanidad. (322, 15-18)
23. Los ministros de estos tiempos se atavían regiamente para oficiar simbólicamente en el sacrificio de Jesús, y a pesar de que toman mi nombre y mi representación, descubro su mente turbada, su corazón azotado por los vendavales de intrigas y pasiones; no existe uno que como profeta anuncie que me encuentro entre los hombres de este tiempo. Gran amargura tendrán, porque entre ellos no existe preparación espiritual. ¿Dónde está el cumplimiento de los que han jurado ante Jesús, seguir su huella? ¿En dónde están los imitadores de mis apóstoles? ¿Hay alguno que se asemeje a Juan, que fue de los primeros, o a Pablo, que fue de los segundos?
24. Por esto el Maestro se acerca nuevamente a vosotros para reanudar su lección. Ya veo a los nuevos fariseos y escribas lanzarse llenos de odio en contra mía, entonces será cuando pregunte: ¿Dónde están mis discípulos? Y cuando los soberbios, los falsos, los enriquecidos que temen perder su poder, los amenazados por mi verdad me escarnezcan y persigan nuevamente, soplarán aires huracanados, mas no seré Yo el que caiga bajo el peso de la cruz, sino aquellos que pidieron el sacrificio para el que les dió la vida. (149, 32-33)
25. La ola del materialismo se levantará, convirtiéndose en mar embravecida, en mar de penalidades, de desesperación y angustia ante la injusticia de los hombres.
26. Sólo una barca flotará sobre ese mar de pasiones, de codicias y de odios humanos, esa barca será la de mi Ley. ¡Dichosos los que se encuentren fuertes cuando ese tiempo llegue!
27. Pero ¡Ay de los que duerman! ¡Ay de los débiles! ¡Ay de los pueblos que hayan fincado su fe sobre cimientos de fanatismo religioso, porque serán fácil presa de esas olas furiosas!
28. ¿No presentís la batalla, oh, humanidad? ¿No os mueve mi palabra a prepararos para defenderos, llegada la hora?
29. Mi luz está en todos, mas sólo la ven los que oran, los que se preparan. Mi luz os habla por presentimiento, por inspiración, por intuición, a través de sueños y de avisos, mas, sois sordos a todo llamado espiritual, sois indiferentes a toda señal divina.
30. Pronto veréis cumplida mi palabra y testificaréis que toda ella encerró verdad.
31. Mi Doctrina y mi nombre serán el blanco de todos los ataques y persecuciones, serán el motivo por el que os persigan los enemigos de la verdad; mas mi Doctrina será también la espada de luz de quienes se levanten defendiendo la fe y será el escudo, tras el cual se defiendan los inocentes. Mi nombre andará en todos los labios, bendecido por unos, maldecido por otros.
32. Todas las facultades del hombre estarán desatadas: su inteligencia, sus sentimientos, sus pasiones, sus potencias espirituales estarán despiertas y prestas a luchar.
33. ¡Cuánta confusión habrá entonces! ¡Cuántos que creían tener fe en Mí, se van a convencer de que no era verdadera fe!
34. En muchos hogares y corazones será apagada la lámpara de amor y de esperanza; la niñez y la juventud no tendrán más Dios que el mundo, ni más ley que la de la Tierra. (300, 35-40)
35. ¿Qué pasará cuando los hombres se den cuenta de que su desmedido amor por el mundo y su culto por lo terreno los ha llevado a un fracaso doloroso? Tratarán de encontrar el camino perdido, de buscar los principios y las leyes de las cuales se había apartado y en esa búsqueda, se crearán doctrinas, se aconsejarán preceptos, surgirán filosofías, ideas y teorías.
36. Todo esto será el principio de una nueva y grande batalla, no promovida ya por mezquinas ambiciones de poderío terrestre. No serán ya las armas fratricidas las que cieguen vidas, destruyendo hogares o derramando sangre humana; el combate será diferente, porque entonces las grandes religiones combatirán contra las nuevas doctrinas y las nuevas religiones.
37. ¿Quiénes vencerán en esa batalla? Ninguna religión resultará vencedora en esa contienda, así como en esta guerra fratricida que hoy padecéis, ningún pueblo quedará triunfante.
38. Sobre la guerra por obtener el predominio material imperará mi justicia y más tarde, sobre esa nueva batalla por lograr la imposición de alguna doctrina o alguna religión, se impondrá mi verdad.
39. La única y suprema verdad brillará como la luz del relámpago en una noche de tormenta y cada quien, desde el lugar en que se encuentre, contemplará ese divino fulgor.
40. A todos llegará mi mensaje y todos llegaréis a Mí. Todo lo tengo preparado para los tiempos venideros y en todos se hará mi voluntad, porque soy el dueño de los espíritus, de los mundos, de las razas y de los pueblos. (288, 33-36 y 43)
41. El valle espiritual se acercará aún más entre los hombres, a darles testimonio de su existencia y de su presencia. Por todos los caminos surgirán señales, pruebas, revelaciones y mensajes que hablarán insistentemente de que un nuevo tiempo se ha abierto.
42. Habrá lucha, habrá conmoción en los pueblos porque las religiones sembrarán el temor en quienes den crédito aquellos mensajes, y la ciencia negará la verdad a aquellos hechos.
43. Entonces se levantarán los humildes, revistiéndose de valor, para testificar la verdad de las pruebas que hayan recibido; se levantarán los que, habiendo sido desahuciados por la ciencia, recobraron espiritualmente su salud y darán testimonio de casos milagrosos, reveladores de un poder infinito y de una sabiduría absoluta.
44. Surgirán de entre los humildes e ignorados, hombres y mujeres cuya palabra llena de luz, sorprenda teólogos, filósofos y científicos y, cuando la lucha sea mayor, y los pobres sean humillados y sus testimonios sean negados por los soberbios, entonces será el instante en que Elías llame a los sabios, a los señores y a los príncipes para ponerles a prueba.
45. ¡Ay de los falsos y de los hipócritas en esa hora, porque la justicia perfecta descenderá hasta ellos!
46. Será hora de justicia; pero de ahí se levantarán muchos espíritus a la vida verdadera, muchos corazones surgirán a la fe y muchos ojos se abrirán a la luz. (350, 71-72)
1. Os he dicho que se aproxima atoda la humanidad una prueba muy grande, tanto que en toda la historia de sus siglos y edades, no ha tenido semejanza.
2. Ahora debéis de comprender que estoy hablando al corazón de todos vosotros, os estoy haciendo llegar mensajes y avisos en muchas formas, para que los hombres mediten y estén despiertos a mi Ley, como las vírgenes prudentes de mi parábola.
3. ¿Me escucharán los pueblos y las distintas naciones del mundo? ¿Me escuchará este pueblo a quien me estoy manifestando en esta forma? Sólo Yo lo sé, mas mi deber de Padre es poner en el camino de mis hijos todos los medios para su salvación. (24, 80-81)
4. En verdad os digo, que si en este tiempo los hombres no limpian las manchas que han dejado en su espíritu, vendrán los elementos como heraldos anunciando mi justicia y mi gloria y purificando a la humanidad de toda impureza.
5. Bienaventurados los hombres, las mujeres y los niños, que al comprender la proximidad de aquella justicia glorifiquen mi nombre sintiendo que el día del Señor es llegado porque su corazón les dirá que el fin del reinado del mal se acerca. Yo os digo que éstos por su fe, su esperanza y sus buenas obras serán salvos más ¡Cuántos de los que vivan en esos días van a blasfemar! (64, 67-68)
6. El paraíso de los primeros fue convertido en valle de lágrimas y ahora sólo es un valle de sangre. Por eso hoy, que he venido a cumplir la promesa que hice a mis discípulos, despierto de su letargo a la humanidad, dándole mis enseñanzas de amor para salvarla y busco a los espíritus que tienen el destino de levantarse en este tiempo a testificar mi manifestación y mi palabra con sus obras.
7. Cuando esos señalados por Mí, se encuentren reunidos en torno a mi Ley, la Tierra y los astros se conmoverán y en el cielo habrá señales, porque en ese instante la voz del Señor será escuchada desde un confín hasta el otro de la Tierra y su Espíritu Divino rodeado de los espíritus de los justos, de los profetas y de los mártires, juzgará al mundo espiritual y material. Entonces alcanzará su plenitud el tiempo del Espíritu Santo. (26, 43-44)
8. Muchos pueblos han caído al fondo del abismo de la materialidad y todavía están por caer otros, mas el dolor de su caída hará que despierten de su profundo sueño.
9. Son aquellas naciones las que después de un tiempo de esplendor, rodaron al abismo, para hundirse en la tiniebla del dolor, del vicio y de la miseria. No es ahora un pueblo sino toda la humanidad, la que ciega corre hacia la muerte y la confusión.
10. La soberbia de los pueblos será tocada por mi justicia. Recordad a Nínive, a Babilonia, a Grecia, a Roma, a Cartago; en ellas encontraréis profundas lecciones de la justicia divina.
11. Cuando los hombres, al empuñar el cetro del poder han dejado que su corazón se llene de impiedad, de orgullo y de pasiones insanas, arrastrando a sus pueblos a la degeneración, mi justicia se ha acercado para despojarlos de su poder.
12. Pero al mismo tiempo he encendido ante ellos una antorcha que ilumine el camino de salvación para su espíritu. ¿Qué sería de los hombres si en el momento de sus pruebas, los abandonase a sus propias fuerzas? (105, 45-47)
13. De precipicio en precipicio fue el hombre descendiendo espiritualmente hasta el grado de negarme y de olvidarme, hasta el extremo de negarse a sí mismo al desconocer su esencia, su espíritu.
14. Sólo mi misericordia podrá evitar a los hombres el dolor de tener que desandar el camino para retornar a Mí; sólo Yo, en mi amor, sabré poner al paso de mis hijos los medios para que encuentren la senda salvadora. (173, 21-22)
15. El día en que las aguas cesaron de cubrir la Tierra, hice brillar en el firmamento el iris de la paz, como señal del pacto que Dios establecía con los hombres.
16. Ahora os digo a vosotros: Oh humanidad del Tercer Tiempo que sois la misma que habéis pasado por todas las pruebas, en las cuales os habéis purificado: Estáis próximos a experimentar un nuevo caos.
17. Pero vengo a prevenir al pueblo aleccionado por Mí, y a la humanidad en general, a la que me he dado a conocer en este tiempo. Escuchad, mis hijos: He aquí el arca, penetrad en ella, Yo os invito.
18. Para vosotros, oh Israel, el arca es la práctica de mi Ley, todo aquél que cumpliere mis mandatos, en los días más amargos, en el trance más difícil, estará dentro del arca, estará fuerte y sentirá el abrigo de mi amor.
19. Y a toda esta humanidad, una vez más le digo: El arca es mi Ley de amor, todo el que practique el amor y la caridad con sus semejantes y consigo mismo, será salvo. (302, 17-19)
20. Yo siempre os he dado tiempo para vuestra preparación y os he proporcionado medios para salvaros. Antes de enviaros mi justicia a tomaros cuentas al final de una era o de una etapa, os he manifestado mi amor, previniéndoos, y exhortándoos al arrepentimiento, a la enmienda y al bien.
21. Mas, llegada la hora de justicia, no me he presentado a preguntaros si ya os habéis arrepentido, si ya os habéis preparado o si aún permanecéis sumergidos en el mal y en la desobediencia.
22. Mi justicia ha llegado en la hora marcada, y el que supo construir a tiempo su arca, fue salvo, y el que se mofó cuando le fue anunciado la hora de justicia y no hizo nada por su salvación, ése tuvo que perecer. (323, 51)
23. Hasta ahora no ha sido el amor humano el que se imponga en el mundo; ha sido, como lo fuera desde el principio de la humanidad, la fuerza la que impera y vence. El que ha amado ha sucumbido víctima de la maldad.
24. El mal ha extendido su reino y se ha hecho fuerte en la Tierra, y es precisamente en este tiempo cuando vengo a oponer mis armas a esas fuerzas, para que el reino del amor y de la justicia se establezca entre los hombres.
25. Antes combatiré, porque para daros la paz de mi Espíritu, es menester que haga la guerra y destruya todo mal. (33, 32-33)
26. Los hombres llegarán hasta el fin de su propio camino y retornarán por el mismo, recogiendo el fruto de cuanto sembraron, única forma de que el arrepentimiento brote de los corazones, porque quien no reconoce sus faltas, nada puede hacer por reparar sus yerros.
27. Un nuevo mundo está en preparación, las nuevas generaciones están por llegar; pero antes es necesario apartar a los lobos hambrientos para que no hagan presa de las ovejas. (46, 65-66)
28. Una lepra inmaterial se ha extendido por la Tierra, carcome corazones y destruye la fe y la virtud. Van los hombres cubiertos de harapos espirituales, saben que nadie podrá descubrir esas miserias porque los humanos no ven más allá de lo que es materia.
29. Mas la hora de la conciencia se acerca; es lo mismo que si dijeseis el día de Señor o su juicio está por llegar. Entonces surgirá la vergüenza en unos y el remordimiento en otros.
30. Los que escuchen esa voz interna, quemante e inflexible, sentirán en su interior el fuego que devora, que extermina y que purifica. A ese fuego de justicia no puede resistir el pecador ni nada que no sea puro. Sólo el espíritu lo puede resistir porque está dotado de fuerza divina; así, cuando haya pasado por el fuego de su conciencia, tendrá que salir limpio de sus errores. (82, 58-59)
31. Todo el dolor causado por los hombres, se reunirá en un solo cáliz que será bebido por los que lo originaron; y los que nunca se conmovieron ante el dolor, ahora se estremecerán en su espíritu y en su materia. (141, 73)
32. Es menester que por un instante se cierren los cielos para todos, y que sólo se vuelvan a abrir hasta que un solo clamor sea el que se eleve de la Tierra, reconociendo que es uno sólo el Padre de todos los seres.
33. En verdad os digo, que este mundo fratricida y egoísta, lo sujetaré a juicio, y lo acrisolaré hasta ver que el amor y la luz broten de él y éstos que hoy llevan a sus pueblos al abismo, éstos que ahora siembran y propagan todos los vicios; éstos que han creado su reino de injusticias, serán a quienes daré por restitución combatir las tentaciones, destruir la perversidad y cortar de raíz el árbol del mal. (151, 14 y 69)
34. El hombre, haciendo uso de su libre albedrío, ha torcido la ruta hasta olvidar de quién ha brotado, y ha llegado hasta el grado de parecerle extraño a su naturaleza, la virtud, el amor, el bien, la paz, la fraternidad, y miran como lo más natural y lícito, el egoísmo, el vicio y el pecado.
35. La nueva Sodoma está en toda la Tierra y es menester una nueva purificación; la buena simiente será rescatada y con ella se formará una nueva humanidad. Sobre tierras fértiles regadas con lágrimas de arrepentimiento caerá mi semilla, la que germinará en el corazón de las futuras generaciones, las cuales sabrán ofrecer a su Señor un culto más elevado. (161, 21-22)
36. Yo permitiré que la mano del hombre lleve la destrucción, la muerte y la guerra, pero hasta un límite solamente. De ese límite la justicia, la perversidad, la ofuscación y la ambición de los hombres no podrán pasar.
37. Vendrá entonces mi hoz y ella cegará con sabiduría lo que sea mi voluntad, porque mi hoz es de vida, es de amor y es de verdadera justicia; pero vosotros, pueblo, ¡velad y orad! (345, 91)
38. Ayer la Tierra fue valle de lágrimas, ahora es valle de sangre. Mañana ¿Qué será? Un campo de humeantes escombros, por donde pasó el fuego de la justicia exterminando el pecado y abatiendo el orgullo de los hombres sin amor, porque se olvidaron del espíritu.
39. Así serán arrojados del templo del saber los mercaderes de la ciencia, porque lucraron con la luz, porque profanaron la verdad. (315, 61-62)
40. Llenas de orgullo se levantan las grandes naciones pregonando su poderío, amenazando al mundo con sus armas, haciendo alarde de inteligencia y de ciencia, sin darse cuenta de lo frágil que es el mundo falso que han creado, pues bastará un débil toque de mi justicia para que ese mundo artificioso desaparezca.
41. Y será la mano del hombre la que destruya su propia obra, será su mente la que invente la forma de exterminar lo que antes creó.
42. Yo haré que sólo queden en pie aquellas obras humanas que hayan dado buen fruto a los hombres para que sigan siendo cultivadas en bien de las generaciones venideras, mas todo lo que encerrase un fin perverso o egoísta será destruido en el fuego de mi justicia inexorable.
43. Sobre las ruinas de un mundo creado y destruido por una humanidad materialista, se levantará un nuevo mundo, cuyos cimientos serán la experiencia y tendrá por finalidad el ideal de su elevación espiritual. (315, 55-56)
44. Estáis viviendo tiempos de angustia en los que los hombres se purifican apurando su cáliz de amargura; mas aquéllos que han escudriñado las profecías, ya sabían que el momento estaba próximo a llegar, aquél en que las guerras se desatarían por doquiera al desconocerse las naciones.
45. Todavía falta que las enfermedades extrañas y las epidemias aparezcan entre la humanidad, confundiendo a los científicos; y cuando el dolor llegue a su máximo a los hombres, aún tendrán fuerzas para gritar: ¡Castigo de Dios! Mas yo no castigo, sois vosotros los que os castigáis al apartaros de las leyes que rigen a vuestro espíritu y materia.
46. ¿Quién ha desatado y provocado las fuerzas de la naturaleza sino la insensatez de los hombres? ¿Quién ha desafiado mis leyes? La soberbia de los hombres de ciencia. Mas de cierto os digo, que este dolor servirá para arrancar de raíz la mala hierba que ha crecido en el corazón de la humanidad.
47. Los campos se cubrirán de cadáveres, los inocentes también perecerán, unos morirán por el fuego, otros por el hambre y otros por la guerra. La Tierra se estremecerá, los elementos se conmoverán, las montañas arrojarán su lava y los mares se encresparán.
48. Yo dejaré que los hombres lleven su perversidad hasta un límite, hasta donde se los permita su libre albedrío, para que horrorizados ante su propia obra, sientan en su espíritu el verdadero arrepentimiento. (35, 22-26)
49. El Árbol de la Ciencia se sacudirá ante la furia del huracán y dejará caer sus frutos sobre la humanidad. Mas ¿Quiénes han desatado las cadenas de aquellos elementos, si no los hombres?
50. Bien está que los primeros seres hayan conocido el dolor, a fin de despertar a la realidad, de nacer a la luz de la conciencia y de ajustarse a una Ley; pero el hombre evolucionado, consciente y desarrollado de este tiempo, ¿Por qué se atreve a profanar el Árbol de la Vida? (288, 28)
51. Se desatarán las epidemias en el mundo y gran parte de la humanidad perecerá. Serán enfermedades extrañas y raras, ante las cuales la ciencia será impotente.
52. El universo se limpiará de mala hierba. Mi justicia separará el egoísmo, el odio, las incansables ambiciones. Aparecerán grandes fenómenos en la naturaleza.
53. Naciones quedarán arrasadas y comarcas desaparecerán. Es un toque de alerta para vuestro corazón. (206, 22-24)
54. Humanidad: si todo lo que habéis dedicado a fomentar guerras sangrientas, lo hubieseis dedicado a ejecutar obras humanitarias, vuestra existencia estaría llena de las bendiciones del Padre, pero el hombre ha venido utilizando las riquezas que ha acumulado, en sembrar la destrucción, el dolor y la muerte.
55. Esta no puede ser la verdadera vida, la que deben llevar los que son hermanos e hijos de Dios. Esta forma de vivir no está de acuerdo con la Ley que escribí en vuestra conciencia.
56. Para haceros comprender el error en que vivís, brotarán volcanes; el fuego surgirá de la tierra para exterminar la mala hierba. Los vientos se desencadenarán, la tierra se estremecerá y las aguas arrasarán comarcas y naciones.
57. De esta manera manifestarán los elementos su resentimiento con el hombre; han roto con él, porque el hombre ha ido destruyendo uno tras otros los lazos de amistad y de fraternidad que lo ligaban con la Naturaleza que lo rodea. (164, 40-42)
58. Muchas calamidades vendrán sobre la humanidad; en la Naturaleza habrá trastornos, los elementos se desatarán. El fuego desbastará comarcas, las aguas de los ríos saldrán de su cauce, los mares tendrán cambios.
59. Habrá comarcas que quedarán sepultadas bajo las aguas y nuevas tierras aparecerán. Muchas criaturas perderán la vida y hasta los seres inferiores al hombre perecerán. (11, 77)
60. Los elementos sólo esperan la hora de desencadenarse sobre el mundo para lavar y purificar la tierra. Cuanto más pecadora y altiva sea una nación, mayor será mi justicia sobre ella.
61. Duro y sordo es el corazón de esta humanidad; será menester que llegue a ella el cáliz de la amargura para que escuche la voz de la conciencia, la voz de la ley y de la justicia divina. Todo será por la salvación y la vida eterna de los espíritus, que son a los que busco. (138, 78-79)
62. Aquel diluvio que lavó la Tierra de las impurezas humanas, y el fuego que descendió sobre Sodoma, los conocéis ahora como leyendas; sin embargo, en este tiempo también contemplaréis cómo la humanidad se conmoverá al estremecerse la Tierra bajo la fuerza del aire, del agua y del fuego; sin embargo, os envío nuevamente un arca, que es mi Ley, para que se salve el que en ella penetre.
63. No todos los que en la hora de la prueba digan; "Padre, Padre", me amarán, sino aquellos que en sus semejantes practiquen siempre mi amor, esos serán salvos. (57, 61-62)
64. Un nuevo diluvio se desatará el cual lavará la Tierra de la perversidad humana. Derribará de sus altares a los falsos dioses, destruirá piedra por piedra los cimientos de esa torre de soberbia y de iniquidad y borrará toda doctrina falsa y toda absurda filosofía.
65. Más este nuevo diluvio no será de agua como en aquel tiempo porque la mano del hombre ha desatado todos los elementos, tanto visibles como invisibles, en su contra. El mismo dicta su sentencia, se castiga y se hace justicia. (65, 31)
66. Los elementos darán voces de justicia y al desatarse harán que desaparezcan porciones de tierra y se conviertan en mar y que desaparezcan mares y en su lugar surja la tierra.
67. Los volcanes harán erupción para anunciar el tiempo del juicio y toda la Naturaleza se agitará y conmoverá.
68. Orad para que sepáis comportaros como los buenos discípulos, porque ese será el tiempo propicio en que la Doctrina Espiritualista Trinitaria Mariana cunda en los corazones. (60, 40-41)
69. Tres cuartas partes del haz de la Tierra desaparecerán y sólo una parte quedará salva para ser refugio de los que sobrevivan al caos. Vosotros veréis el cumplimiento de muchas profecías. (238, 24)
70. No os confundáis, porque antes de que el Sexto Sello se cierre, sucederán grandes acontecimientos, los astros darán grandes señales, las naciones de la Tierra gemirán y de este planeta tres partes desaparecerán y sólo una quedará en la cual brotará la simiente del Espíritu Santo como una nueva vida.
71. La humanidad comenzará una nueva existencia unida por una sola Doctrina, una sola lengua y un mismo lazo de paz y de fraternidad. (250, 53)
72. Os hablo del dolor al que os hacéis acreedores, el que habéis ido acumulando y que se desbordará llegada la hora.
73. Yo nunca ofrecería semejante cáliz a mis hijos, pero en mi justicia sí puedo permitir que recojáis el fruto de vuestra maldad, soberbia e insensatez, para que volváis arrepentidos a Mí.
74. Los hombres han desafiado mi poder y mi justicia al profanar con su ciencia el templo de la Naturaleza en la que todo es armonía, y su juicio va a ser inexorable.
75. Se desatarán los elementos, se conmoverá el Cosmos y se estremecerá la Tierra. Entonces habrá pavor en los hombres y querrán huir, mas no habrá a dónde encaminar sus pasos; querrán detener las fuerzas desencadenadas, y no podrán, porque se sentirán responsables, y tardíamente arrepentidos de su temeridad e imprudencia, buscarán la muerte para escapar al castigo. (238, 15-17)
76. Si los hombres conocieran sus dones ¿Cuántos sufrimientos aliviarían! Pero han preferido permanecer ciegos o aletargados, mientras dejan que se aproximen tiempos de mayor dolor.
77. Mi Doctrina viene a iluminaros para que os liberéis de esos grandes sufrimientos anunciados a la humanidad a través de los profetas de los tiempos pasados.
78. En la elevación de vuestra vida es donde podréis encontrar esa potestad o virtud para libraros de la acción de los elementos desatados, porque no es solamente la fe o la oración las armas que os dan el triunfo sobre las vicisitudes y adversidades de la vida; esa fe y esa oración tienen que ir acompañadas de una vida virtuosa, limpia y buena. (280, 14-15 y 17)
79. Pronto principiará un tiempo de grandes acontecimientos para el mundo. La Tierra se estremecerá, y el sol hará caer sobre este mundo, rayos candentes que quemarán su superficie. Los continentes, de un punto al otro, serán tocados por el dolor, los cuatro puntos de la Tierra sufrirán la purificación y no habrá criatura que no sienta el rigor y la expiación.
80. Y después de este gran caos, volverán las naciones a recobrar la calma y los elementos naturales se aquietarán. Después de esa noche de tempestad en que vive este mundo, aparecerá al iris de la paz y todo volverá a sus leyes, a su orden y armonía.
81. Veréis de nuevo el cielo limpio y los campos fecundos, las aguas en su corriente volverán a ser puras y el mar será clemente; habrá frutos en los árboles y flores en los prados y las cosechas serán abundantes. Y el hombre, que habrá sido purificado y sano, volverá a sentirse digno y verá preparado su camino para su ascensión y retorno a Mí.
82. Todo ser será limpio y desmanchado desde su principio para que sea digno de poseer el nuevo tiempo que se acerca, porque he de cimentar sobre bases firmes a la nueva humanidad. (351, 66-69)
83. Se acerca la hora en que el juicio en plenitud se haga sentir en el mundo. Toda obra, palabra y pensamiento serán juzgados. Desde los grandes de la Tierra que gobiernan a los pueblos, hasta los más pequeños serán pesados en mi balanza divina.
84. Mas no confundáis justicia con venganza, ni restitución con castigo, porque Yo sólo permito que recojáis los frutos de vuestra siembra y los comáis para que conozcáis por su sabor y su efecto si son buenos o nocivos, si sembrasteis bien o mal.
85. La inocente sangre derramada por la maldad humana, el luto y el llanto de viudas y huérfanos, el paria que sufre miseria y hambre claman justicia; y mi justicia perfecta y amorosa, pero inexorable, desciende sobre todos. (239, 21-23)
86. Mi justicia pasará sobre toda criatura y tocará a todo ser humano, como en aquel tiempo el ángel del Señor pasó sobre Egipto dando cumplimiento a mi justicia, salvándose de ella tan sólo los que habían señalado su puerta con la sangre del cordero.
87. En Verdad os digo que en este tiempo será salvo todo aquel que vele y tenga fe en la palabra y en las promesas del Salvador, el Cordero Divino que se inmoló para enseñaros a orar y a cumplir con perfecto amor la misión de vuestra restitución, porque mi sangre, como un manto de amor, lo protegerá; mas el que no velase, el que no creyese o blasfemase, ése será tocado para que despierte de su letargo. (76, 6-7)
88. Cuando de lo más elevado de los hombres surja el grito de imploración hacia mí, diciéndome: "Padre mío, salvador nuestro, venid a nosotros, que perecemos", mi divina fuerza les hará sentir mi presencia, les manifestaré mi infinita piedad y una vez más les probaré. (294, 40)
89. El camino rutinario de vuestra vida se verá azotado de pronto por recios vendavales, pero luego brillará en el infinito la luz de una estrella cuyos destellos darán la paz, la luz y la calma que el espíritu encarnado necesita para meditar en lo eterno. (87, 52)
90. Y cuando parezca que todo ha terminado para el hombre y que la muerte es la que ha vencido o que el mal es el que ha triunfado, de las tinieblas surgirán los seres a la luz; de la muerte resucitarán a la verdadera vida, y del abismo del mal se levantarán a practicar la Ley eterna de Dios.
91. No todos conocerán el abismo porque así como unos han procurado permanecer aislados de esa guerra de pasiones, de ambiciones, de odios y han vivido en las afueras de la Nueva Sodoma, otros que si habían pecado mucho, sabrán detenerse a tiempo, y con su arrepentimiento oportuno y su completa regeneración, evitarán muchas lágrimas y mucho dolor. (174, 53-54)
92. "Ni piedra sobre piedra" de toda esa estructura moral y material de esta humanidad quedará, porque para que aparezca en esta Tierra el "nuevo hombre", es menester borrar toda mancha, destruir todo pecado y dejar tan sólo lo que contenga buena simiente.
93. El esplendor de mi presencia y de mi justicia será contemplado en todo el Orbe y ante esa luz caerán los ídolos, se olvidarán las tradiciones rutinarias y los ritos estériles serán abandonados.
94. Una sola puerta quedará abierta para la salvación de los hombres: la de la espiritualidad, el que quiera salvarse tendrá que dejar su orgullo, su falsa grandeza, sus bajas pasiones, su egoísmo.
95. Muy amargo será el cáliz que en la gran batalla habrán de beber los hombres, sin embargo, os digo: Bienaventurados los que beban de ese cáliz y una vez purificados dejen la Tierra, porque cuando ellos vuelvan en otros cuerpos a este mundo, su mensaje será de luz, de paz y sabiduría. (289, 60-61)
96. Todavía faltan los últimos combates con sus amarguras y los últimos torbellinos. Falta aún que todas las fuerzas se agiten y los átomos se remuevan en un caos para que, después de todo ello, venga un letargo, una fatiga, una tristeza y un hastío que aparenten la muerte.
97. Y ésa será la hora en que se escuche en lo sublime de las conciencias el eco vibrante de un clarín que, desde el Más Allá, os anuncie que el Reino de la Vida y de la Paz se acerca entre los hombres de buena voluntad.
98. Y ante esa voz, los muertos resucitarán, derramando lágrimas de arrepentimiento y a ellos recibirá el Padre como a los hijos pródigos cansados por la gran jornada y fatigados por la gran lucha, para sellar sus espíritus con el ósculo de amor.
99. Desde ese día, el hombre abominará la guerra, arrojará de su corazón el odio y el rencor, perseguirá al pecado y comenzará una vida de restauración y de reconstrucción. Muchos se sentirán inspirados por una luz que antes no contemplaron y se levantarán a crear un mundo de paz.
100. Será sólo el principio del tiempo de gracia, de la Era de paz.
101. La edad de piedra está distante ya. La era de la ciencia pasará y luego vendrá a florecer entre los hombres la Era del Espíritu.
102. La fuente de la vida revelará grandes misterios, para que los hombres edifiquen un mundo fuerte en la ciencia del bien, en la justicia, en el amor. (235, 79-83)